LO QUE VIVIMOS HOY
Hace buen tiempo tenía en mente escribir algo sobre lo que en nuestros días estamos viviendo, tanto en el ámbito nacional, regional y mundial.
Tal vez no abarque algunos temas, bien por falta de información o bien por lo extenso que algunos pudieran ser y por lo mismo deben ser considerados con mucha cautela y precisión por los especialistas en la materia. Desde mi modesto punto de vista, trataré de hacer una descripción y tal vez una reflexión de lo que vivimos hoy.
En realidad escribo con una mezcla de sentimientos encontrados, una mezcla de conceptos e ideas del cual no es posible escapar y que emerge como resultado de esta cruel realidad. Por un lado escribo con cierto optimismo y esperanza de que las cosas puedan cambiar, de que las cosas están tomando otro rumbo y que un mundo mejor sí es posible; y por otro lado escribo con una profunda preocupación frente a la situación a la que nos enfrentamos a diario como: el incremento de la delincuencia, la corrupción, la pobreza, el hambre, el analfabetismo, el culto a la banalidad, al consumismo, la contaminación del medio ambiente, de ríos y lagos, la depredación de bosques y otros males, víctimas de un modelo muy tóxico para la humanidad y que cada día vemos que se va hundiendo en sus mazmorras resistiéndose a desaparecer, incapaz de dar una alternativa para la solución de los problemas y que más bien los acentúa y los profundiza. Asistimos hoy a una canibalización de los actores de esta película llamada globalización, sustentada en un egoísmo y afán de acumulación sin precedentes.
Hay muchos temas, pero me gustaría empezar escribiendo sobre nuestra sociedad.
Nuestra sociedad está en crisis, creo que siempre lo ha estado. Lo que sucede es que todo tiene un límite y parece que nuestra sociedad está llegando al suyo. La sociedad actual está engendrando más problemas, ciudadanos o personas que no tienen un rumbo, ciudadanos que no tienen oportunidades ni alternativas para desarrollarse como seres humanos. Nuestra sociedad se ha pervertido y denigra y sojuzga a sus ciudadanos. Nuestra sociedad esta engendrando delincuentes, desalmados que no solo te roban sino que también te matan. Nuestros niños y nuestros jóvenes están creciendo en una sociedad exclusiva, intolerante y discriminadora. Nuestros niños y jóvenes desaprovechan su inmarcesible fuerza para envilecerse y destruirse por sí mismos.
Educación
En tiempos no muy lejanos, cuando nuestros padres podían tener en promedio 5 ó 6 hijos, porque el sueldo les alcanzaba, no había necesidad de que la madre salga en busca de trabajo, mas bien, se desempeñaba con amor y dedicación, a las tareas del hogar y la crianza de los hijos; el hogar era la fuente y la base de la educación. La formación estaba en el seno del hogar, dejando la tarea de la información a la escuela. Ahora los tiempos han cambiado.
Hoy en día el sistema que nos impusieron y que ahora está en su crepúsculo, no hace posible que los ciudadanos tengan un empleo digno, de calidad y bien remunerado; al contrario se están aplicando en los países del mundo, políticas masificadas de despido. Hoy en día es imposible vivir con lo que gana un padre de familia, es necesario e imprescindible el aporte económico de la madre. El problema económico deviene en un problema político y consecuentemente en un problema social.
Esta realidad, considero que es uno de los factores que conlleva a la génesis de nuestra deteriorada sociedad. La escuela debería cumplir su rol frente a esta situación, es decir; ser la fuente de formación de los futuros ciudadanos, que contribuya a esa carencia que en el hogar no tienen hoy los niños y jóvenes porque sus padres no están más con ellos, porque sus padres trabajan y llegan cansados y por lo tanto ya no tienen esa atención que ellos reclaman. ¿Acaso los delincuentes más peligrosos no fueron niños?
Pero, mientras la educación, pilar fundamental para el desarrollo humano, esté en manos de mercenarios, mercantilistas y usureros que lucran a rabiar, desconociendo la naturaleza misma de lo que significa educar; entonces no habremos aportado un mínimo a solucionar el problema.
La educación debe ser manejada por especialistas pedagogos, profesionales conscientes que aspiran a una nueva sociedad. Se debe fomentar la implementación de un nuevo sistema educativo, que promueva la libertad, la solidaridad y el pensar crítico. Una educación sin límites basado en la justicia, la tolerancia y el respeto hacia los seres humanos.
El modelo educativo peruano ha fracasado. Sí, ese modelo que no fue producto del consenso y las necesidades de la sociedad, sino que se nos fue impuesto por los “inteligentes” que ahora sacan y siguen sacando provecho. Está demostrado hasta la saciedad que un modelo privatista, individualista-egoísta, produce la sociedad que hoy padecemos. Una sociedad educada es una sociedad que crece, que se permite enfrentar desafíos con la finalidad de alcanzar un desarrollo global. Una sociedad ignorante es aquella que se ocupa solo de lo inmediato negando herramientas de independencia y creatividad, reproduciendo un sistema parasitario y esclavista condenada a derruirse a sí misma.
El presidente Humala prometió una revolución en la educación peruana, todavía es prematuro pedir cuentas, pero estamos esperando que al menos se evidencie las primeras acciones de esa revolución que tanto anhelamos, por lo pronto es de vital importancia la eliminación de la municipalización de la educación, burda copia fujimorista al modelo educativo de Pinochet que hoy agoniza. La mesa está servida señor presidente, no espere a que aparezca una Camila peruana.
Chile una vez más nos demuestra que no es el ideal o modelo de sociedad que muchos peruanos tomamos como paradigma. Los chilenos exigen cambios radicales en su modelo no solo educativo, sino también en su modelo económico que ocasionó aparentemente, insalvables brechas sociales. Los chilenos nos dan una vez más una lección, pero esta vez una lección de dignidad.
Bolivia y Venezuela han sido declarados países libres de analfabetismo por la UNESCO, lo cual es un paso muy importante en el proceso de hacer de los ciudadanos, personas dignas que puedan gozar de sus derechos a plenitud. Esto es digno de imitar.
En el Perú, Alan García nos mintió una vez más diciendo que el analfabetismo ya casi es un problema resuelto.
Hay mucho por escribir sobre el tema educativo y su arraigo en la sociedad, considerado uno de los pilares para el desarrollo de los pueblos.
Medios de prensa
Digo nuevamente que nuestra sociedad está en crisis no solo por el efímero e irreal modelo educativo, sino también y en gran medida por el rol que desempeñan los medios masivos de comunicación. La tv, los diarios, la radio, el internet, el cine y otros, no contribuyen a formar ciudadanos conscientes de una realidad que cada día los oprime, no contribuye a desarrollar un pensamiento progresista que haga del ser humano una persona con criterio y no un simple objeto al cual se le bombardea y se le orienta hacia una sociedad del consumo. Nuestra realidad es que en los pueblos jóvenes y asentamientos humanos donde hay mucha pobreza, la televisión llena el vacío de los estómagos y las mentes de ávidos consumidores. Es penoso ver en hogares de barrios pobres y familias numerosas, la carencia de bienes elementales tales como camas, cocinas, mesas o sillas, pero paradójicamente nunca falta en ellos, la presencia de la caja boba. El gobierno de turno debe regular los contenidos de los programas, porque es lo único que queda en una sociedad donde la población no tiene otra elección y es altamente vulnerable a los mass media. Nuestros niños son “educados” por las magalys, los raul romeros, las gisselas, lauras y otros “comunicadores” que cumplen al pie de la letra los mandatos y deseos de sus patrones. Es desesperante no encontrar emisoras que ayuden a formar opinión. El 99% de emisoras contienen programas “bulleros” y “chillones” con una excelente señal, claro con algunas excepciones. El monopolio de noticias lo tiene RPP, con buena señal en todo el Perú, pero con periodistas que dejan mucho que desear y que solo responden a intereses de unos pocos. Sucede lo contrario con radio San Borja, con muy buenos programas y periodistas pero con una señal casi imperceptible de audición. ¿Es esto democracia? ¿Es esto el libre mercado, donde sólo me dan para elegir un producto y encima malo? ¿Y la función del Estado? Ojalá se dé una Ley de telecomunicaciones como aquella que se aprobó en Bolivia, donde el presidente se puso los pantalones por la defensa de los derechos su pueblo. Ya quisiera ver a los cucufatos y fieles servidores de los poderosos, salir y poner el grito en el cielo, encadenarse, crucificarse y defender a muerte cual cancerberos, los intereses de sus patrones que los explotan por un plato de lentejas, aduciendo violación de la libertad de prensa, mordaza, etc, etc.
Siento vergüenza ajena cuando leo que el diario más vendido del mundo es uno peruano, pero….. adivinen amigos: es un diario chicha que cuesta 50 céntimos. Ni hablar de aquellos diarios que tienen una clara posición fascista y xenófoba, que muestran un total desprecio e intolerancia a las personas con ideas que no sean de su misma postura ¿Qué estamos consumiendo los peruanos?
Los consumidores de estos medios de comunicación caen inevitablemente en la apatía y el desinterés por lo que sucede en el país, las personas se vuelven insensibles al dolor humano contribuyendo al círculo vicioso, acentuando y profundizando la desigualdad social.
Para entender el papel que cumple la prensa en la sociedad, los objetivos que persigue y quienes los financian, recomiendo leer al periodista chileno Ernesto Carmona.
Ante esta situación la respuesta de la juventud no se hizo esperar, ahí están ellos cansados de lo mismo, con esa fuerza de nunca acabar y que muchos quisieran apagar. Su lucha es la lucha de todos quienes queremos y anhelamos verdaderos cambios. No importa cuánto tiempo perdure, solo sé que el único final será la victoria. No nos olvidemos que la dialéctica nos enseña que lo único permanente es el cambio. Juntemos nuestros brazos y salvemos el futuro de nuestros hijos, pongamos el hombro para construir un mundo mejor.
Hasta la próxima